Enojo, frustración, ansiedad ¿has experimentado alguna de estas emociones en el trabajo?
Sigue leyendo y aprende a mantenerlas bajo control.
En 1993, Anne Kreamer era vicepresidenta del canal para niños Nickelodeon, y celebraba con su equipo una alianza con Sony por $25 millones de dólares. Mientras festejaba el éxito tras 18 meses de arduas negociaciones, recibió una llamada inesperada.
Su asistente le informó que del otro lado de la línea esperaba Sumner Redstone, presidente de la compañía y socio mayoritario de Viacom, Inc. Casa matriz de Nickelodeon. Kreamer se sintió halagada al pensar que el presidente la estaba llamando para felicitarla de manera personal, pero se sintió aturdida cuando esperado reconocimiento fue en realidad un minuto y medio de gritos y reclamos.
Redstone tenía en mente adquirir Paramount Communications y esperaba un alza significativa de las acciones de Viatcom tras el anuncio del trato con Sony, el precio de las acciones no subió como deseaba y Redstone desquitó su enojo culpando a Kreamer de lo sucedido.
Desconcertada y enojada, Kreamer rompió en llanto frente a sus colaboradores, los felicitó y les dio el resto de la tarde libre. Más tarde se sintió humillada y culpable por no haber podido dominarse tras el incidente.
Kreamer no perdió su empleo, trabajó para Nickelodeon otros 2 años y 7 meses más, pero seguía reflexionando sobre ese episodio de su vida profesional, que la inspiró a escribir su libro It’s always personal: Navigating Emotion in the New Workplace.
Sentir enojo, frustración, miedo, ansiedad y estrés en el trabajo es absolutamente normal, sin embargo, la cultura laboral que predomina hasta ahora impulsa a los trabajadores a reprimir sus emociones y estallar en cualquier otro lugar, menos en la oficina.
¿Qué hacer para no perder el control?
Debes reconocer lo que estás sintiendo, ignorar tus emociones no te permite asumirlas y superarlas. El riesgo es convertirse en una olla de presión y estallar en el momento menos adecuado.
Tampoco actúes por impulso, será contraproducente si respondes una agresión con otra, por ejemplo. Cuando te enfrentes a una situación que te impacta de manera negativa debes tomarte un tiempo para analizar qué la provoca, qué te hace sentir y cuál es la mejor forma de enfrentarla.
Aquí te damos algunas recomendaciones para abordar con Inteligencia Emocional algunos de los sentimientos negativos típicos en el trabajo.
¿Has sentido alguna de estas emociones en el trabajo? ¿Cuéntanos cómo lo has manejado?
La Inteligencia Emocional (IE) puede significar la diferencia entre comportarse de una manera socialmente aceptable y estar fuera de lugar en una situación social determinada.
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