1. Estamos programados para ser pesimistas.
Te consideres optimista o no, todos tendemos a optar por el pesimismo. Esto se debe a nuestro sesgo de negatividad, por el que le damos más peso a las experiencias negativas que a las positivas.
Incluso las palabras que usamos para describir los encuentros negativos son más ricas y variadas que las que empleamos al describir las experiencias amenas. Eso nos ayuda a entender por qué describimos un mal día en la oficina como "desastroso, humillante e insoportable" mientras que los días buenos no son más que eso, "buenos". ¿Qué tiene que ver todo esto con apreciar el estado actual de tu carrera? Si tu cerebro está programado para concentrarse en los aspectos no tan buenos de tu trabajo, es más difícil sentir agradecimiento hacia él.
2. Usamos a los demás para medir el éxito
¿Conoces la frase "la comparación es el ladrón de la dicha"? Por desgracia, la comparación social—es decir, cuando tratamos de comprender nuestra posición al compararnos con otras personas—es otro fenómeno psicológico innato.
A medida que el uso de las redes sociales aumenta, es cada vez más fácil llevar la cuenta de nuestras relaciones. Tenemos acceso inmediato a las mejores fotos de los demás, y digamos que no nos sienta de maravilla. Según un estudio de alumnos universitarios, aquellos que limitaron el uso de las redes sociales a 30 minutos por día se sintieron considerablemente mejor al finalizar el período de tres semanas de la investigación.
La comparación constante no solo nos pisotea el ánimo, también puede sabotear los sentimientos de gratitud. Al fin y al cabo, quizá estés feliz con los logros profesionales que alcanzaste hasta ahora. Pero ¿qué pasa cuando ves que a una excompañera de la universidad la ascendieron o que firmó un contrato editorial? Ahí es cuando se infiltran los pensamientos negativos.
3. Sentimos una enorme presión por orientarnos a los objetivos
Hay una razón por la cual hay tantos consejos sobre cómo practicar mindfulness: vivir en el presente es extremadamente difícil. El motivo es que nos han condicionado a mirar siempre hacia el futuro.
Ya sabes de qué va. ¿Dónde te ves en cinco años? ¿Cuáles son tus metas profesionales a largo plazo? ¿Cuáles son tus resoluciones de Año Nuevo? Llámalo hustle-culture, o buscarse la vida, adicción al trabajo performativa o cualquiera de las frases de moda. La cuestión es que sentimos la necesidad de ser descaradamente ambiciosos—de rompernos el lomo trabajando para conseguir algo mejor de lo que ya tenemos. Esa mirada constante hacia el futuro hace que sea más difícil sentirnos satisfechos con el presente.
A esta altura, ya debes saber que la gratitud no es un ajuste por defecto. Sin embargo, albergar un sentimiento de apreciación se relaciona con una gran cantidad de beneficios, incluidos un menor nivel de estrés, una mayor resiliencia mental y un aumento de la autoestima laboral.
Cuando te acostumbras tanto a comparar tu progreso profesional con el de los demás, o a quejarte de los disgustos típicos de la oficina (¿otra reunión por Zoom?), apreciar la instancia de la carrera en la que te encuentras no es algo instintivo.
Pero hay algunas razones convincentes por las que te mereces una palmadita en la espalda por todo lo que estás logrando ahora mismo. Sí, ahora mismo(ni la semana ni el mes ni el año que viene).
1. Estás aprendiendo mucho
Todas las experiencias te sirven para aprender, y no solo para mejorar tus aptitudes (hablaremos sobre esto más adelante). Todos los peldaños de tu carrera te arman de conocimiento invaluable:
Hay que sentir gratitud por el conocimiento—y, ahora mismo, lo estás acumulando de a montones.
2. Estás enriqueciendo tus habilidades
No solo estás recopilando información sobre tus valores y preferencias, también estás adquiriendo más habilidades. Todos los empleos te brindan cosas grandes y pequeñas que puedes aprovechar para consolidar tu currículum y que puedes llevarte al siguiente puesto.
Hasta esos trabajos en los que sientes que te chupan el alma y que crees que son inútiles te ayudan a pulir capacidades importantes, como reivindicar tus necesidades, trabajar con gente complicada o volverte más resiliente.
Así que tómate un momento para apreciar tu puesto actual—incluso si no es el lugar donde quieres estar ahora. Sin dudas, allanará el camino para ayudarte a alcanzarlo.
3. Estás formando vínculos valiosos
Tu red de contactos es (y seguirá siendo) uno de tus mejores recursos como profesional, y debes ampliarla a cada paso de tu carrera.
Los jefes, colegas, proveedores, clientes… Se entendió. Estas personas que agregarás a tu red de contactos podrían ayudarte con referencias, entrevistas informativas, presentaciones, pasantías, consejos, entre otras cosas.
No solo evalúes tu carrera conforme a los logros que puedes presumir en papel. Todos los vínculos que estás formando también se merecen que los aplaudas y aprecies.
Es muy importante que valores estas conexiones, en especial, cuando estás buscando trabajo—¡es una lucha constante, así que vincúlate y conéctate con tu red de contactos, sin importar dónde se encuentren!
4. No puedes predecir el mañana
Existe una razón más para apreciar tu situación actual: es tangible. Es real. Está pasando.
No importa cuánto lo planifiques o lo predigas, el futuro sigue siendo incierto. Por eso, es bastante impreciso como para anhelarlo tanto. Al fin y al cabo, es difícil sentir gratitud por algo que en realidad no tienes. En lugar de eso, practica un poco de mindfulness y concéntrate en lo que puedes abarcar en el presente. Tu carrera no es perfecta (y, con toda franqueza, nunca lo será), pero es donde estás ahora, y te has esforzado por llegar hasta aquí.
1. Lleva un diario de gratitud
Antes de que te hastíes de solo oír lo de llevar un diario, escucha. Esta práctica puede ser supersimple. El doctor Robert Emmons, uno de los principales investigadores de la gratitud, dice que es tan fácil como anotar cinco cosas por las que estés agradecido.
Cuando termines de trabajar, antes de apagar la computadora y levantar las tazas de café sucias del escritorio, dedica unos minutos a escribir una lista de las cosas por las que quieras agradecer ese día.
Por ejemplo:
¿Y el sentido? Las notas de tu diario de gratitud no tienen por qué ser sobre momentos grandiosos que te cambien la vida. Las cosas pequeñas también cuentan, y el ejercicio diario de escribirlas no solo te ayudará a vivir en el momento, sino también a levantarte el ánimo. En ese mismo estudio del doctor Emmons, la gente que llevaba estos diarios de gratitud informó que se sentía mejor con sus vidas en general.
2. Da un paseo de gratitud
Sí, este es el permiso para despegarte del escritorio, salir de la casa e incorporar algo de movimiento físico a tu rutina. De por sí, la actividad física es buena para tu salud. Como dijo Hipócrates, "Caminar es la mejor medicina del hombre". Pero, si combinas la caminata con gratitud, la experiencia será aún más mágica. Se llama paseo de gratitud, y lo único que debes hacer es tomarte entre 15 y 20 minutos para salir a caminar por tu cuenta (así tendrás tiempo y espacio para pensar). Mientras caminas, piensa en todos los aspectos de tu vida por los que sientes gratitud. Incluso podrías reflexionar sobre algunas de las notas de tu diario. Si quisieras, hasta podrías decirlas en voz alta. No lo hagas por inercia—deja que los pensamientos decanten. Es un método infalible para hacer una pausa y apreciar más tu carrera profesional, más allá de cómo te haya ido ese día en particular.
3. Expresa gratitud hacia los demás
Mientras perfeccionas tu habilidad para apreciar lo que ocurre en tu carrera, recuerda que la gratitud es mejor aún si se comparte.
En un estudio de la Universidad de Pensilvania, les asignaron distintas tareas a los participantes. Todas las tareas se comparaban con una tarea de control que implicaba escribir sobre los primeros recuerdos. Cuando la tarea semanal era escribir y entregar una carta de gratitud a alguien, los participantes experimentaban un alza en sus niveles de felicidad.
Es evidencia de que las actitudes apreciativas no tienen por qué terminar contigo. Observa las notas de tu diario de gratitud—¿hay alguna que debas compartir? De ser así, dile a tu colega que apreciaste su consejo o agradécele a tu jefe por los elogios y el reconocimiento. Las buenas vibras y la mentalidad positiva son contagiosas.
El poder del agradecimiento para mejorar la autoestima laboral
Corren tiempos extraños (y, con eso, nos quedamos cortos), y, como resultado, muchísima gente tiene problemas laborales. Tanto los despidos y las licencias como trabajar para una empresa inestable son situaciones estresantes, y es difícil rescatar lo positivo en el medio del baile.
En estos casos, practicar la gratitud te exigirá que te comprometas (y que aprietes los dientes) más de lo normal, pero igual vale la pena tratar de encontrar hasta la más mínima cosa que agradecer—como ese amigo que te ofreció presentarte a alguien valioso, o la oportunidad de apartarte y revaluar tus ambiciones profesionales.
¿Perdiste tu trabajo por culpa de todo esto (*ademanes exagerados*)? Recuerda que a Oprah Winfrey la echaron de su puesto de presentadora de noticias por no tener el carisma adecuado para la televisión, y a Mark Cuban lo despidieron de su empleo de vendedor de computadores. La cosa está difícil, pero no será así para siempre. Se avecinan aires buenos en tu futuro.
Consejos sencillos sobre como poner en practica la gratitud No cabe duda de que apreciar el aquí y ahora puede resultar difícil. Pero es importante recordar que cada paso de tu carrera profesional es importante (sí, incluso los contratiempos inesperados y las desilusiones).
Aunque la pasión por tu futuro profesional pueda jugarte a favor, no te obsesiones tanto con la meta que te olvides de felicitarte por donde estás ahora. Apreciar lo que tenemos no es tarea fácil. Comenzar a practicar la gratitud en el trabajo puede mejorar la autoestima laboral y hacer un cambio significante.
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